viernes, 8 de marzo de 2024

Dia de la Mujer 2024

Cada 8 de marzo, desde hace ya una década la oficina de género Rosario, ha dedicado unas palabras conmemorando este día. Justamente hace 10 años nuestra presentación fue dedicada a aquellas mujeres veteranas de Malvinas, que donaron al Museo del Liceo sus garibaldinas e insignias.

En esa ocasión, referíamos que el concepto género era utilizado para el estudio e investigación en el área de las ciencias sociales. Pasada una década de aquellas primeras líneas, se fueron generando debates y propuestas, donde el término género fue impregnándose en la sociedad: con mucha precisión en ocasiones y en otras con mayor ambigüedad.

La tarea encomendada desde el Consejo de Políticas de Género del Ministerio favoreció la adopción de medidas tendientes a sensibilizar a sus integrantes promoviendo valores de igualdad. Una de las formas que llevó adelante nuestra Oficina fue rescatar la biografía de valiosas mujeres pioneras en distintas áreas junto con las propuestas que ONU Mujeres desarrolla en programas, políticas y normas con el fin de garantizar que mujeres y niñas alcancen su pleno potencial.

Por ello, ésta fecha también es útil para rememorar logros que sólo hasta hace pocas décadas eran parciales o inexistentes como, por citar algunos: los derechos civiles y políticos de las mujeres.

Así como en aquella ocasión, rendimos homenaje a las veteranas de Malvinas, de igual modo hemos recordado a la Guardiana de los mares: Eliana María Krawczyk, quién dejó todo para poder ingresar a la Escuela Naval Militar y en Mar del Plata, base de los submarinos, comenzó su carrera para convertirse en la primera submarinista de la historia de la Armada Argentina.

Estas biografías, así como la participación desde el año 2005 de mujeres militares en las dotaciones al Desierto Blanco, y su integración en las actividades en zonas beligerantes para el establecimiento y mantenimiento de la paz, ponen en evidencia los logros alcanzados en el seno de nuestras instituciones castrenses.

Asimismo, y con el objetivo de formular medidas para la inserción de mejores condiciones laborales y personales para las mujeres que desarrollan la profesión militar y se pueda transversalizar ésta perspectiva en el ámbito de la Defensa, fue creada la Diplomatura de Género y Gestión Institucional, la cual es considerada desde el año 2012 de Interés para el ámbito de la Defensa Nacional.

Queda en evidencia que, si bien todavía hay desafíos y saldos pendientes, ya no es la misma la situación de una mujer militar hoy que hace diez años. 

Por último, siendo integrantes de una institución educativa, nos parece pertinente mencionar a una figura internacional: Malala Yousafzai que forma parte de los líderes de alto rango por estar su joven trayectoria fuertemente ligada a los derechos de la educación, el cual juega un papel clave en la paz y el desarrollo. 

En estos procesos de enseñanza-aprendizaje, las representaciones sociales ayudan a comprender cómo los estereotipos de género son transmitidos y cristalizados en sentidos comunes adjudicando características específicas a varones y mujeres y señalando cómo deberían ser y comportarse. 

Cuando Malala visitó las oficinas generales de la ONU dijo: “Un docente, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo”.

Esta frase tan esperanzadora como real invita a cada integrante del Liceo, a reflexionar sobre su crecimiento personal adquirido en el logro grupal-escolar. 

Tarea de necesaria raigambre aún, es aquella que, partiendo de las diferencias evite que se transformen en desigualdades, eliminando prejuicios e ideas preconcebidas. Todo ello, genera un efecto multiplicador que transforma el entorno y es el cambio del cual estamos siendo protagonistas las mujeres de esta época.

 

martes, 20 de febrero de 2024

María Catalina Echevarría de Vidal, la mujer que cosió la primera bandera para Belgrano

Al iniciarse el año 1812, Belgrano fue destinado a la Villa del Rosario, sobre el Río Paraná, para inaugurar un pequeño fuerte y las baterías ‘Independencia’ y ‘Libertad’, para que actuaran como defensa ante cualquier incursión realista hacia las provincias.

La necesidad de tener un símbolo distintivo para su ejército, decidió a Belgrano a pedir la colaboración de una  mujer para su confección. El 20 de febrero deslizó la idea en una charla privada. Doña Catalina, aceptó encargarse de la tarea de inmediato.

Confeccionó la bandera argentina que se enarboló, por primera vez, el 27 de febrero de 1812. Supervisada por Manuel Belgrano, compró telas, unió retazos celeste y blanco y agregó hilos dorados a la terminación, una tarea artesanal que demandó al menos cinco días y para la que necesitó asistencia de dos vecinas. 
María Catalina Echevarría de Vidal , era hija de inmigrantes vascos que formaron parte de la historia argentina por un simple giro del destino.
La amistad que unía a Belgrano con Vicente Anastasio de Echevarría, hermano de María Catalina y hombre de activa participación política en la época, permitió que el creador de la bandera aceptara  alojarse en la casa familiar de los Echevarría, en la por entonces Villa del Rosario, a donde fue enviado para contener el avance de los realistas.

“Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional”, explicaría Belgrano al Triunvirato, que desaprobó la decisión.
Doscientos años después de aquella gesta, una placa colocada en el pasaje Juramento, a metros del Monumento Nacional a la Bandera, se convirtió en el primer recuerdo formal que se le tributa a Echevarría de Vidal en su ciudad natal.

No existían hasta el momento (Bicentenario de la Creación de la Bandera) calles, plazas o monumentos en Rosario que la mencionaran.
Una iniciativa de la “Asamblea 20 de junio Feriado no Trasladable”, permitió la aprobación en diciembre del año pasado de un decreto del Concejo municipal para concretar ese homenaje. 
“No existía referencia de esta mujer en todo el radio urbano de Rosario”, sorprende Adolfo Paulón, historiador, director de la Asamblea 20 de junio y uno de los impulsores centrales de la iniciativa. “Logramos el homenaje para una mujer que era desconocida y que casi estaba olvidada en su lugar de nacimiento”, explica el investigador.

A modo de anécdota, Paulón recuerda que en conferencias y homenajes a otras figuras de la historia en las que participaba, proponía encuestas para conocer qué sabía la gente sobre aquella mujer.
“Una vez, apenas tres personas de doscientas la conocían.  Lo mismo sucedía en los despachos, con algunos funcionarios”, lamenta.


Echevarría de Vidal no sólo confeccionó la primera bandera argentina. Asistió también a la ceremonia de jura, a orillas del Paraná y frente a las baterías de artillería Independencia y Libertad. Para darle una dimensión a ese episodio Paulón explica que “no era común que asistieran mujeres a una ceremonia militar”.

María Catalina Echevarría vivió sus últimos años en San Lorenzo, y falleció el 18 de julio de 1866, nueve años más tarde que su hermano. Esta argentina de origen vasco tuvo el privilegio de haber bordado con sus manos, la enseña patria que enarbolaron nuestros patriotas por la libertad de Argentina.

Luego de caer derrotado en Vilcapugio en 1813, y mientras reagrupaba a su ejército en el pueblo de Macha -hoy territorio de Bolivia-, Belgrano ordenó ocultar la bandera. En 1885 fue hallada en la capilla de Titiri. Actualmente permanece en el museo “Casa de la Libertad”, en Sucre. Tras una serie de gestiones, el Gobierno de Bolivia envió una réplica autenticada que a partir de ese momento, descansa en el Monumento a la Bandera.